viernes, 14 de septiembre de 2007

Se escriben cartas

Desde que tengo uso de razón siempre he escuchado a las personas pedir hechos y no palabras, al momento de solicitar a sus seres queridos -y no tan queridos- que den muestra de algún cambio sustancial. Sin embargo, cuando los hechos se agotan o simplemente no bastan para dar fe de todo el amor o desesperación que uno guarda en su alma, siempre nos quedarará una herramienta mucho más eficaz: la palabra.
Y no cualquier palabra, no señor. A lo que me refiero es que una vez agotadas tooodas las instancias, soltado todas las lágrimas y moqueado en todos los hombros habidos y por haber, nos sentemos a pensar en frío para dilucidar de qué modo podemos hacer que ese ser humano se conmueva para volver, perdonar, dejar de joder o simplemente cagarlo por huevón.
A mí nunca me han fallado mis cartas electrónicas. Siempre con las ideas claras y un aguijón entre las manos he reventado mil teclas no solo para escribir epístolas firmadas por mí, sino también de personas que conozco que, a sabiendas de mis cualidades para expresar lo que no siempre uno se atreve, han podido obtener la respuesta del destinatario. Claro de ahí a que sea la respuesta deseada hay mucho trecho, pero al menos hemos logrado que el individuo rompa el hielo estático de su indiferencia.
Un editor de un conocido diario de circulación nacional se me acercó una vez y me dijo: Arrese, sabes qué es lo mejor que he leído de ti? Y yo- novel periodista- inflé mi pecho de emoción pensando en cuál de todas mis notas se habia fijado, pero no. La respuesta fue: "tus cartas"... halagador, pero estudié cinco años para periodista no para cartera (que no es la esposa del cartero). No avizoraba aquel entonces el poder de la palabra, en fin...
Recuerdo que en una oportunidad, una amiga fue acusada -sin haberse sentado en el banquillo- de pérfida, fácil y mundana. Ya saben el típico raje de un 'ex' imbécil que enfila sus baterías hacia el 'actual ', pero no menos idiota por dudar. En apariencia, ella -misma torera- coronó en una jornada amatoria de la que habían hasta pruebas (no pregunten más). Ya sin salida y con su verdad -que nadie creía- me contó el rollo. Inmediatamente le dije: una carta y zás se acaba el tema.
Entonces pasé como dos horas escuchando la historia de su vida con él y etc para ver qué elementos servirían al momento de enviarle el dardo verborreico al desconfiado enamorado. Desde el primer día que se conocieron, hasta las mordidas de oreja y demás demostraciones de 'te quiero, mi vida, de aquí a la eternidad' fueron válidas para llegar al órgano ese que late con furia cuando aún queda amor: el corazón. Resultado: el pata pidió una audiencia y entre llantos le prometió que no volvería a desconfiar. O sea, de Maria Magdalena -con los peñones encima- pasó a encumbrarse como la madre Teresa. y gracias a qué? al poder de la palabra, pues hermanita.
Como este tengo mil casos (quitémosle dos ceros, mejor) en los que un certero mailsazo ha logrado amistes, arrejuntes, mandadas a la mierda -con dolor y todo-, entre otras reacciones. Recuerden, no siempre obtendremos la respuesta que buscamos, pero al menos será un gran paso para romper la barrera levantada por aquella alma herida o caprichosa que nos flagela con su indiferencia.
Hasta he atendido consultas en línea:
- Mónica, este pata se hace el loco, me odia y no me escribe.
Clavale un mail
- Qué le pongo?
Lo que sientes, pero con 'sentimiento'
- Cómo pues?
Trae pa' acá, cómo es?. ok. 'tacatacataca (teclas)'. ya está... mándale esto
- Yehhhh. Respondio!!!

Entonces se me dibuja una sonrisa y pienso en que si cobrara por todas las cartas que he escrito en mi vida para mi, para propios y para extraños, probablemente ahora sería millonaria. Claro, que si me descontaran por las reacciones desfavorables, tal vez me tenga que quedar empeñada... jaja.
Sea como fuere, esto no ha sido más que un pretexto para poner a disposición de la comunidad en general mi nuevo oficio, es decir, escritora de cartas: de amor, de desamor, de despecho, de aclare, de desahogo, de todo lo que tu alma angustiada quiere expresar y no sabe cómo... todo absolutamente todo lo puedo escribir yo por ti. A ver... quien se anima?

No quiero perderte

Alguna vez alguien me escribió esto...

NO QUIERO PERDERTE


Desde que te conozco tengo en cuenta la muerte.
Pero lo que presiento no se parece en nada
a la común tristeza. Más bien es certidumbre
de la totalidad de mis días en este
mundo donde he podido encontrarme contigo.
De pronto tengo toda la impaciencia de todos
los que amaron y aman, la urgencia incompartible
de los enamorados. No quiero geografía
sino amor, es lo único que mi corazón sabe.
En mi vida no cabe este exceso de vida.
Mejor, si te dijera que medito las cosas
(fronteras y distancias) en los términos propios
de la resurrección, cuando nos alzaremos
sobre las coordenadas del tiempo y el espacio,
independientemente del mar que nos separa.
Sueño con el momento perfecto del abrazo
sin prisa, de los besos que quedaron sin darse.
Sueño con que tu cuerpo vive junto a mi cuerpo
y espero la mañana en la que no habrá límites.

viernes, 6 de julio de 2007

La teoría del clavo

Hay diversos puntos de unión entre dos seres. Mil veces he escuchado a optimistas amigas decir a los 15 años: “nos gustan los mismos cantantes”, “tenemos las mismas comidas preferidas”, “somos del mismo signo”, y siempre he respondido con un sonoro “Jajaja”.
Hoy en día, que tengo los meses contados para dejar la base dos, el discurso cambia “tiene un buen trabajo”, “ya se compró un depa” e “invierte en bolsa”, etc. La verdad es que según lo que cada quien busque en su media naranja priorizará ciertos factores al momento de elegir con quien embarcarse en una relación.
Sin embargo, nunca -hasta ese día que chapé mi revisa Cosas en la peluquería- había sido testigo de que una relación ya madura había tenido como origen una pena en común. Se pueden tener gustos comunes, manías, defectos comunes, pero penas? Tristezas?, pues sí. Y qué pena me dio –como si conociera a la entrevistada de tú y voz- saber que en medio de la felicidad de la gente, siempre estará aquella ‘piedrita’ (espero que nunca llegue rocón) en el zapato que nos aterrizará en la realidad, con todos sus colores.
Trato de adivinar qué pena en común podría unir a dos personas: una enfermedad incurable, una decepción amorosa, la muerte de un conocido. No puedo dilucidar cuándo se acaba ese luto psicológico para dar paso al amor.
En medio de mis laberintos fui interrumpida por un viejo amigo, a quien le dije: Por si acaso, no hablo de la “táctica del clavo”. Ya lo sabrán ustedes… me meto con uno pa’ sacar al otro, al final probablemente uno termine sin soga y sin cabra, pero al menos logra distraerse del dolor inicial. Eso dicen. Recuerdo que en otra ocasión se lo refuté a una amiga, con una gran ferretería, o sea… un largo prontuario de clavos para parchar a los malos amores.

“Funciona y salud!”, dijo

- No funciona, le respondí.

“Sí”, insistió desorbitada.

- No, sino qué hacemos aquí tomando un trago para que te olvides del ultimo clavo, le repliqué

Ah, entonces cambio mi teoría: un trago saca otro clavo, me dijo estallando en una carcajada. Yo que la quiero tanto, le quité la copa (me inmolé tomándomela.. si tú) y la llevé a su depa pensando en qué otra pena en común podría unir dos almas de un modo que no sea insano.

Derecho al suicidio

Conversaba hace unas semanas con una amiga entrañable sobre la muerte. Le contaba que siempre me ha llamado la atención la gente que me dice que se deprimió, que está ‘down’ o con la galleta baja. Son diferentes formas de asumir una no detectada depresión, la que con diez tragos encima podría llevarlos a ser candidatos –probablemente fallidos- a suicidas.
No es nuevo esto de que las cifras de suicidas se han incrementado en nuestro país y para nadie es un secreto que el invierno es una de las estaciones que registra el mayor índice de autoeliminaciones, al menos aquí en Lima donde el cielo panza de burro puede bajonear hasta al más feliz de los parroquianos.
Me da pena de pensar que en muchos casos son muertes que se pudieron evitar, si es que el entorno hubiese aguizado el ojo para detectar los indicios de esas pobres almas que buscaron ansiosamente la paz hasta encontrarla por cuenta propia, plena y eternamente, en el más allá.
La mayor causa de depresión, dicen los entendidos, son los vericuetos amorosos nada favorables en los que se involucra la víctima. Qué triste entregar la vida entera (¡hasta los huesos!) a alguien que apenas se da la media vuelta busca otro puerto adonde acallar.
Qué decepción que tu socio de negocios te deje solo con los calzoncillos puestos, pues se robó todo lo que su uña larga alcanzó. Qué cansancio soportar al marido alcohólico, al hijo rebelde, a los padres verdugos, a los jefes abusadores, al barrio que se burla de uno, al colegio entero riéndose porque repetimos el año.
Quién no ha pensado alguna vez en dejar de existir (¡tierra trágame!) en medio de una situación adversa y dolorosamente inevitable. Sería bueno que exista una anestesia mágica, esa que te impide que te duela hasta el tuétano cuando tu pareja te dice “chau, se acabó” o cuando en la chamba lees la frase cliché para los futuros ‘sincha’ (sin camba pes): “contrato rescindido” y así por el estilo en otros contextos donde las cosas que uno cree vitales simplemente se escapan de las manos, se van, good bye to you.
¿De qué depende que unos reaccionen diferente? O sea, hay quienes hemos pasado por algunas de las situaciones antes descritas y la verdad solo han provocado fumar un cigarrillo, calmar la ansiedad y respirar para pensar en los próximos pasos a seguir. Entonces uno se sigue preguntando, ¿por qué he visto a una amiga sufrir hasta la inercia por el amor que se fue?, ¿por qué otros les joden otras cosas, menos importantes, que un novio en fuga?. Es cuestión de personalidad, de actitud, de hormonas (tienen mucho que ver) y sobre todo de asesoría, no?
Si uno se sabe depresivo y no acude a un especialista, la quiere pegar de autosuficiente. Así también, cuando ves a tus amistades privarse días de días –investigando la forma de matarse rápido y morir en el intento (para q sea más rápido aún)- lo único que haces es hablarle y hablarle. Pero ojo, a la tercera semana tus palabras entran por una y salen por otra (luego te digo qué). Entonces, es hora de cargar a ese ser angustiado y llevarlo de inmediato al diván más cercano.
Ahí ocurrirá otro suicidio, siempre que se ponga todo el empeño en esa matanza. Ahí morirá el ser que cifra sus esperanzas en el entorno para vivir o que lo hace mirando pa’ trás, ahí se dirá good bye to you a la pareja que subyugaba en lugar de valorar, ahí se aniquilará al yo cobarde que se cree incapaz de resurgir entre las cenizas y echar a andar nuevamente su negocio. Ahí se enterrará a la persona codependiente que habita en uno y sin dejarlo crecer.
Ahí nos daremos cuenta que lo único que vale pena para seguir en pie está en nosotros mismos: nuestras fuerzas, nuestros sueños, nuestros deseos y sobre todo nuestra actitud positiva y madura ante las realidades que no podemos cambiar para que sean de nuestro agrado.
“Quiero dejar de vivir fotografiando el pasado”, dijo mi compañera de copas parafraseando a Andrea Boccelli en una preciosa canción. Luego, salimos del bar karaoke pollería, no sin antes escudriñar la barra tratando de detectar a alguien ‘depre’. Felizmente no hubo nadie en actitud “chupar hasta morir”.

viernes, 18 de mayo de 2007

El hombre de mi vida

Y llegó el momento más fresa...

Nunca pensé que lo diría, pero el hombre de mi vida existe. Lo conocí hace más de un año y la verdad este tiempo me he sentido extraña experimentando todos los cambios de vivir 'en combi', o sea, conviviencia para los que no tienen cayetano.
Decía, hoy somos dos, con costumbres totalmente distintas y si bien hay cierta diferencia de edad -no temo decirlo, así es el amor- creo que estamos sintonizando bien y en armonía. Triste sería romper palitos ni bien uno comienza, por eso hago gala de mis paciencia más firme para sortear los diarios problemillas.
Amanecer con alguien cerca es algo que hacía años había desterrado de mi vida. De hecho, lo experimenté sin mayor éxito (esas vainas de "esta cuenta la pagas tú", "dónde dejaste mi ropa", o "papito, por lo menos barre la cocina" no van conmigo, ni muerta!!), sin embargo con él todo es distinto. No hay mayores discusiones sobre esas tonterías y la vida se nos pasa como jugando.
El amor se fortalece con el conocimiento (no es ciego!!!) y mientras transcurren los días creo que va en aumento. Nunca creí preocuparme tanto por alguien, procurar que se sienta bien a mi lado y hacer que juntos vayamos descubriendo que el mundo -visto de a dos- puede ser mucho más interesante.
Ahora sé lo que es ver sus ojos al amanecer y reflejarme en ellos, hipnotizada por su sonrisa, su piel y sus ocurrencias. Ahora ya sé lo que es partir con las ganas de regresar de inmediato porque hay alguien que te espera. Ahora sé qué es recibir un apapacho y mil besos para calentar el cruel invierno. Ahora sé que Paulo, mi rey de 1 año, es por hoy y para siempre el hombre de mi vida.

martes, 8 de mayo de 2007

La forma de querer

"Hace una semana que no encuentro al amor de mi vida", me dijo preocupado un viejo periodista en el mítico y también viejo Bar Queirolo, en la calle Camaná del Centro de Lima. Yo, una bebé de pecho a su lado, creí que los diablos azules lo estaban cogiendo y que ya empezaba con los delirios. Oh, oh, es hora de irse, me dije, pero como siempre sucede en estas jornadas maratónicas de pisco, la diferencia horaria entre que uno decide arrancar y realmente arranca es en promedio de 180 minutos, con lo cual me quedaban tres horas para escuchar esa congoja cardíaca, que al ritmo de "Voy a perder la cabeza por tu amorrrrr" se fue diluyendo.
Mi pregunta fue rápida:
¿Te quejas porque hace una semana no la ves? (mal pensados!!... me refiero a la mujer de su vida, que se supone aún no conoce).
- Sí, estoy acostumbrado a no estar solo y me jode no tener pareja, al menos para joderla un rato.
Carajo, no se supone que uno se junta para hacer la vida más llevadera?
- Sí, pero joder es mi única forma de querer.

Me cagó el cerebro.

Di el último salud y me dije hasta aquí nomás, no pelearé con un viejo curtido que busca mujer para joder, mientras yo pienso que más bien para seguir jodiendo al mundo entero es que no quiero pareja.
Me alejo, previa escupida de 10 lucas en la mesa solo para dejar claro que mi media res me la pago yo. Indignada, no sé por qué arrobamiento, empecé a contar mis pasos por Quilca mientras traía a la memoria unos versos de Pedro Salinas:

"La forma de querer tú es dejar que yo te quiera.
El sí con que te me rindes es el silencio.
Tus besos son poner los labios para que los bese yo"

Aunque en exceso romántico, seguí pensando en que uno transita por la vida amando a las personas a su manera y entonces, concluí, en que no hay nada más democrático que el amor. Amar o querer del modo en que uno se sienta bien, sin prejuicios, sin apuros y sin futuro.

Mi última forma de amar no se aproximaba a la del viejo periodista que dejé en la mesa, tampoco a la de Salinas, sin embargo en aquella época me sentía plenamente identificada con las últimas líneas de su poema: "Y estoy abrazado a ti sin mirar y sin tocarte. No vaya a ser que descubra con preguntas, con caricias, esa soledad inmensa de quererte sólo yo".

Prendí un cigarrillo, di la vuelta a la esquina y chapé mi Tico -¡bienvenida, realidad!- rumbo a otro lado donde no hubiera que reflexionar tan dolorosamente. Consejo: no beban mientras se depriman o no se depriman mientras beban.

lunes, 7 de mayo de 2007

"Sí, acepto"

Cuatro pisco sours en La Calesa, trepadores y dulcemente cartárquicos nos sirvieron para hacer el brindis de honor. No era para menos, la maestra Jimena del grupo nos enguagó la nueva a grito pelado: me piden y me caso (yo diría: lo doy y no me caso), pero bueno su ilusión de toda la vida estaba tomando forma de una realidad, cada vez más cercana.
Un colombiano se robará a nuestra amiga, el primer rapto (y no digo secuestro, porque mis amigos de Criminalística dicen que la primera palabra denota una sustracción con fines sexuales, y lo segundo te manda solo a mirar el techo) será este agosto o setiembre (de lo q recuerdo q hablamos, repito... el pisco sour estaba dulcemente trepador) y como Dios y esta sociedad mandan el llanero solitario vendrá a pedir la mano a la familia (tranquilas, no se arrasará con todas), sino que seguirá el ritual impuesto nadie sabe por quién para anticipar que la Nena pasará pronto, prontito (rápido, le dijimos, antes de que se desanime) a la fila de las casadas.
Entonces me remito a todos los matrimonios que este año me han perseguido. No, no me han propuesto nada (ya quisiera!!, sorry, a veces se me sale Candy); pero sí que muchas amigas se amarraron y otras tantas siguen esa línea que las sacará de las noches de discoteca y flirteo, cafés a media tarde y jornadas maratónicas de compras y compras solo "porque estoy deprimida y así lleno mis vacíos" (y tu tarjeta de deudas, de paso).
En fin, en los cuatro últimos meses me han llegado cuatro partes hasta de gente que no conozco (o sea, por lo menos una pareja de mi entorno se matrisuicida al mes). Y yo, que hasta hace poco era una descreída de estas ceremonias, pasé a formar parte de una de ellas.
Cómo no aceptar la petición de mi queridísima Chatín, el día que en el Bohemia me preguntó qué fecha me acomodaría mejor para su matrimonio... y yo... perdón, acaso me casaré yo?. No, serás la testigo, ordenó mi querida Annie.
¿Por qué, yo?, lancé para mis adentros la eterna cuestión. Este pechito no creía en el amor para siempre, en los juramentos y promesas, en el envejecer hasta contarnos las canas y todo eso que, se supone, dicta este tipo de uniones.
Pero claro, era mi Annie y yo, como su Candy, debía asumir nomás, es decir, avalar esa unión que vi nacer, alcahuetée, seguí, consolé y celebré. O sea, tenía que ser yo y todavía en dos al hilo (mal pensados, me refiero al religioso y civil), como si con uno solo no bastara.
Dos meses después, ya estábamos en la iglesia. No sabía si chapar la cola de la novia apenas bajara del auto e improvisar de dama, esperarla adelante en banca VIP o hacerlo al fondo hasta que llamaran a los testigos para también a paso lento avanzar al altar.
Opté por quedarme adelante y como si la responsabilidad de certificar la unión (vengo de hacer trámites de certificación de documentos en un consulado y no puedo evitar el término) fuese poco me cayó un papelillo manuscrito que hasta hoy guardo. Era una petición para leer durante la ceremonia deseando al matrimonio vida eterna.
Con el glamour que me caracteriza... jaja, sí tú, subí a dar lectura a la petición (gracias, señor del audio por no subir el volumen. Salvo los de la primera banca nadie se dio cuenta que estaba recitando la primera petición!!! Felizmente los novios sí).
Arriba, o adelante mejor dicho, mientras leía algo así como "que Dios los proteja y los haga permanecer juntos a pesar de los vaivenes de la vida" pude verle la carita emocionada a mi Chatín y sospeché -como nunca- que el amor para siempre sí existe (aunque yo conozca uno nuevo cada mes) .
Lo vi en sus ojos cuando de reojo miraba a su hoy y "hasta que la muerte nos separe" esposo; lo vi cuando cantó de memoria los votos mientras intercambiaban aros como prólogo a una historia común de siete años. Lo veo ahora, cuando apresuradas nos tomamos un café y "me voy porque tengo que atender a mi esposito". Eso debe ser el amor, pienso, y si es así, acepto.

viernes, 4 de mayo de 2007

Cronica de una noche anunciada

A continuación reproduzco una carta (texto sin tildes) que escribi despues de un reencuentro con amigas del cole. En definitiva, nosotras, las de entonces, ya no somos las mismas...
Chicas, concuerdo plenamente con lo dicho por Yvett. Deberiamos seguir generando estos encuentros del tercer tipo jaja para vacilarnos más seguido... por cierto, no se peleen por proponer su jato como point jaja
Bueno, solo nos queda esperar por el momento las fotografias que avalen esa noche de juerga, tragos, hombres y psicotrópicos... aquella noche, cierto, hubo muchas camaras, flashes y reflectores; hoy -hasta el momento- no tenemos grafica alguna que registró esa jornada de maratonica de chismes, rajes (cuidense las ausentes!!) y sobre todo consejos... Por cierto, Yucking, te extrañamos... Aqui una rapida mirada a lo sucedido...
Bitia, la novia de america, llego arrolladora y super en forma con la onda Gold's Gym, gimnasio por el que ciertamente pase hace 4 años... y hasta ahorita sigo esperando los resultados auspiciosos prometidos al desembolsar mi membresia... otro misterio del orinoco.
Entrada la noche y calentados los pulmones y gargantas, una comitiva se ofreció a comprar los tragos de rigor (digamos q entre la super algarrobina de Jeny y mi cuasi yogurt aún quedaba harta sed).
Entre nuestras dignas representantes ante los grifos y cantinas de medio Miraflores y hasta San Isidro estaba BItia, quien rauda decidio retirarse sin dejar un adiós... gracias Bitia, seguiste el ejemplo de Yvett en la salida anterior.Bueno pues, el reloj marcaba la 1 am y por esta gargantita ¿profunda? no habia corrido mas que mi propio veneno, o sea, el trago rosa q lleve, elaborado en base a frutos tropicales... ¿se la creyeron?.. mejor no les digo cuál fue el ingrediente principal jaja..
El regreso de la comitiva marcó un giro en la reunión: ante miles de latas (leanlo bien: miles!!) todas se avalanzaron a chapar su metal, como si se tratara del último .... sobre la faz de la tierra. Las fotos registraron las caras de extasis de las señoritas, señoras, damas y demás especies presentes ante esta bebida espirituosa.
Luego y al tomar las fotos obligadas para probar que la cosa trascendió a un té de tías: Carolina y Luisa armaron una buena dupla al posar ante los lentes: Luchi Solaeche puso las delanteras y Caro el derriere a lo J.Lo (por cierto, sigue echandote su perfume ahi querida q te esta dando resultados, al menos en foto jaja). Las demas yaciamos desparramadas en el tapizon y mostrando nuestros mejores atributos a fin de retratarlos para la posteridad... cuales?? pues veanlos en las fotos.
Tras la sesion fotografica, nos toco sentarnos en rueda y empezar a contar las mil y un historias: hombres perros o mensos, partos q fueron un parto (Kathy sigo recordando como llorabas en nuestro primer dia de nido, no te imagino cómo habras tenido a los medicos al parir!!!), hijos incontrolables, noviazgos q no se concretaron, alcahueteadas (Luisa, cuando salimos juntas pe' pa' q me ligue), revolcones y etc...
Entonces estas orejitas q se comeran los gusanos empezaron a escuchar los consejos de la dulce Jenny "Silvia Pinal" Calderón, quien haciendo uso de sus conocimientos en psicologia facil nos psicoanalizo y hasta sabe de qué padecemos pa internarnos en el Larco Herrera.
Karem, por su parte, aseguraba que para ser madres no se estudia... y ¿¿tus cinco años de educacion inicial???, pregunté pa mis adentros, "no, chola, ni la escuela postmodernista de crianza infantil te enseña". La intuicion vale!!!.
De otro lado, nuestra Yvett, ahora plantada y felizmente enamorada, dejó claro su punto de vista: "no me aguanto ni a mi misma", dijo en defensa de su posicion de no reproducirse, por el momento. La buena Luisa ante tanto derrame de maternidad, crianza y matrimonio optó por hablar de su perro para desviar el tema... aunque, de un modo u otro seguiamos hablando de los hombres... total lo cuadrupedos no se les kita asi nomas jaja.
Y bueno, ahi estan las demas: Zhenia, digna anfitriona de la velada y que no quitaba el ojo de su tapizon(felizmente no te lo quemamos, sino ya me veian con el chicle tapando los huecos hasta el domingo) nos atendio como reinitas... gracias ñaña, la proxima la seguimos afuera, no??
Carmen C, quien vestida como guayruro, estudiaba a todas para ver en que momento desenvainaba el sable y soltaba el veneno con algun comentario jocoso. Puta a veces Magaly te keda chica. no te dormiste, no??Mily y Fiorella Ruiz, chicas ya sé que son individuas diferentes, pero con el mismo gran corazon. Lindas y regias... Mily te envidio cada dia estas mas flaca y tu Fiore... no me crei el cuento de q 'vine por el reencuentro', bien q llegaste para marcar a tu machete... ta bien, siempre aguizando el ojal, perdon.. el ojo.
Y bueno, cuando creiamos buena parte de nuestras provisiones chelisticas consumida llegaron juntas pero no revueltas Rosa Amelia y Anita Benavides, quien previos tragos encima Dios sabe donde (mentiraaa, estaban integras) se acoplaron de lo lindo y se tomaron nuestras ultimas latas jajaj mentira... Luisa devuelve el vuelto jaaaaaaaaa
Y finalmente, queda esta servidora, media tacuchi y rayada, que no paro de joder a todo el mundo; y que se ha tomado (ademas de chelas) buenos minutos para escribir estas lineas y expresarles lo bacan que me resulta ver (claro, pq era la unica ecuanime, sí.. tu) que aunque pasen los años (no es comercial de Polystel) seguimos siendo las mismas locas, soñadoras, conversadoras, pecadoras (jaja a quien le caiga el guante!!) y todo lo q termine en 'ora' (bueno, todo lo decente).Ojalá sigan uniendose más chicas para los próximos encuentros, aqui en Lima, en Piura o en cualquier pedacito de mundo donde sabemos que viven algunas. Las llevamos en nuestros corazones y en nuestros recuerdos.
Saludos a todas!

El primer en(amor)ado no existe

Hace unas semanas salí a tomar unos tragos con un amigo, periodista como yo en la practica, pero sicologo de profesión. ¿Juattttttttttttttt?. Sí, pues, y encima editor, que concha no? y uno que se mato estudiando comunicaciones apenas logra algunas colaboraciones en los diarios y ser esclava de una agencia de prensa donde te faltan manos para fregar a los coleguitas 'oye cholito, publicame esta vaina', que a quien le importa la donacion de un molino? mm ejemmm pues a los consumidores del producto que represento pe'. es decir, condenada a vender lo invendible, a veces.
En fin, conversando con mi pata (era nuestra segunda cita y la verdad me mostre tal cual sin poses de lady o esas huevadas que a los hombres les encanta, pero que no bastan para atrapar un macho...'cabrío' , agrego mi abue hace algunos años). Retomo, conversando con el sobre nuestros prontuarios sentimentales (porque los carnales exigian por lo menos una chupeta maratonica, misma fiesta patronal en mi tierra querida) caí en la cuenta de que no tengo un 'primer enamorado'. No se rian, es cierto.
De hecho, tengo primer beso, primer agarre, primer polvo, etc. pero, primer enamorado? pucha hice puré mi cerebro tratando de recordar al noviecillo primigenio y no es que alzheimer me jodio, pues ni siquiera llego a los 30, sino que asi de simple: no lo tuve y en conclusion no existe el primer enamorado, al menos para mi.
En dicha charla, sazonada con sangria para el caballero y chela para la dama, hice un rapido recorrido por los latidos de mi corazon, desde que me di cuenta que las chicas y los chicos son dos cosas diferentes y que "amaos unos a otros".
Tenia 13 años cuando le dije 'sí, acepto' a un chico (de hecho no sabia que seria la unica vez que iba a pronunciar la frasecilla de marras), acto seguido se me revolvio el estomago y fugue a mi casa. Los dias siguientes, a la hora en que saliamos por el barrio en mancha, a mi me agarraron unos escalosfrios y aflojes estomacales de padre y señor mio, que no me dejaban mover ni un dedo. Bueno, de hecho movi mi indice y llamé a mi Yngrid -mi compinche de aquellas épocas- para pedirle de favor que terminara por mi con mi lampiño amigo. Sí, así como lo leen. Yngrid siguió mi indicación al pie de la letra y luego vino a contarme que cabizbajo y resignado el chico le respondió con un 'no hay problema, que se mejore'.
Esfume así al casi primer enamorado de mi vida, entre espasmos, buitres y demás expectoraciones biológicas. No sucedió lo mismo con los que vinieron, sin embargo tampoco los sentí como míos. No sé por qué.
Mi amigo el sicólogo periodista se rió en mi cara de mi despistado y accidentado prontuario sentimental. No me ha quedado más que responder "Los amé a todos, aunque no sabría definir cuál de ellos fue el primer enamorado, pues no sé si me enamoré y menos si ellos lo estuvieron de mí". Que desaparezca el término.