Hace unas semanas salí a tomar unos tragos con un amigo, periodista como yo en la practica, pero sicologo de profesión. ¿Juattttttttttttttt?. Sí, pues, y encima editor, que concha no? y uno que se mato estudiando comunicaciones apenas logra algunas colaboraciones en los diarios y ser esclava de una agencia de prensa donde te faltan manos para fregar a los coleguitas 'oye cholito, publicame esta vaina', que a quien le importa la donacion de un molino? mm ejemmm pues a los consumidores del producto que represento pe'. es decir, condenada a vender lo invendible, a veces.
En fin, conversando con mi pata (era nuestra segunda cita y la verdad me mostre tal cual sin poses de lady o esas huevadas que a los hombres les encanta, pero que no bastan para atrapar un macho...'cabrío' , agrego mi abue hace algunos años). Retomo, conversando con el sobre nuestros prontuarios sentimentales (porque los carnales exigian por lo menos una chupeta maratonica, misma fiesta patronal en mi tierra querida) caí en la cuenta de que no tengo un 'primer enamorado'. No se rian, es cierto.
De hecho, tengo primer beso, primer agarre, primer polvo, etc. pero, primer enamorado? pucha hice puré mi cerebro tratando de recordar al noviecillo primigenio y no es que alzheimer me jodio, pues ni siquiera llego a los 30, sino que asi de simple: no lo tuve y en conclusion no existe el primer enamorado, al menos para mi.
En dicha charla, sazonada con sangria para el caballero y chela para la dama, hice un rapido recorrido por los latidos de mi corazon, desde que me di cuenta que las chicas y los chicos son dos cosas diferentes y que "amaos unos a otros".
Tenia 13 años cuando le dije 'sí, acepto' a un chico (de hecho no sabia que seria la unica vez que iba a pronunciar la frasecilla de marras), acto seguido se me revolvio el estomago y fugue a mi casa. Los dias siguientes, a la hora en que saliamos por el barrio en mancha, a mi me agarraron unos escalosfrios y aflojes estomacales de padre y señor mio, que no me dejaban mover ni un dedo. Bueno, de hecho movi mi indice y llamé a mi Yngrid -mi compinche de aquellas épocas- para pedirle de favor que terminara por mi con mi lampiño amigo. Sí, así como lo leen. Yngrid siguió mi indicación al pie de la letra y luego vino a contarme que cabizbajo y resignado el chico le respondió con un 'no hay problema, que se mejore'.
Esfume así al casi primer enamorado de mi vida, entre espasmos, buitres y demás expectoraciones biológicas. No sucedió lo mismo con los que vinieron, sin embargo tampoco los sentí como míos. No sé por qué.
Mi amigo el sicólogo periodista se rió en mi cara de mi despistado y accidentado prontuario sentimental. No me ha quedado más que responder "Los amé a todos, aunque no sabría definir cuál de ellos fue el primer enamorado, pues no sé si me enamoré y menos si ellos lo estuvieron de mí". Que desaparezca el término.
viernes, 4 de mayo de 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)

No hay comentarios:
Publicar un comentario