miércoles, 18 de febrero de 2009

En la puntita

Se me quedó en la punta de la lengua el "no te cases". Nunca se lo dije y no iba a hacerlo ahora que me contaba no sé si con ilusión que estaba próximo a casarse. En alguna época nos gustamos, él a veces me ha dicho que no me imaginaré cuánto deseó andar, latear, chapar, estar conmigo; y yo en efecto, siempre le he respondido que está bien, ok, sólo si él me hubiera dicho algo (o sea, si me hubiera dado 'zajiro') tal vez me hubiese dado cuenta.
Era una tarde de enero en que me lo volvió a decir: "Me caso". Ya me lo había anunciado hacía meses atrás, péro creí que era una broma y no le presté importancia. Ahora que me contaba cómo era la novia y los detalles de los preparativos caí en la cuenta de que era cierto. Él se iba a casar, y yo... más sola que un hongo, sin perro que me ladre, atiné a desearle toda la felicidad del mundo porque se la merece.
Hasta sentimental me puse, él sabe que es un buen chico y que claro en la brega de encontrar el amor eterno había ido y venido muchas veces, pero parece que con esta chica había decidido quedarse. Con muchas frases cariñosas de por medio me hizo saber 'cuánto' me quería. Y claro, no faltó la clásica promesa de "nada cambiará entre nosotros. mi esposa entenderá que a mí no me controlará. así que cuando quieras nos podemos ir a tomar un café", en fin.
Creo que faltaban solo unos días para la boda y no sé cuál fue el objetivo de esa conversación por chat, pero él empezó a rememorar cada momento juntos, en nuestra época de la universidad. En lo nuestro sí existió un amor serrano. Éramos compañeros en un curso de inglés y de molestarme hasta el cansancio, pasó a verme con otros ojos, dejamos las niñerías de lado y nos hicimos amigos. No solo dentro sino también fuera del campus.
Él recordaba a la perfección cada cosa que pasó en aquella época, desde si escribí una frase de un poema de Neruda en uno de sus cuadernos hasta si lo iba a despertar los domingos a su casa para que me prestara su PC y digitar algún trabajo. Así, mientras él se deshacía en ronquidos y rumiaba su juerga sabatina, yo reventaba las teclas, terminaba mis trabajos y me iba.
En esa época no hubo ningún acercamiento más allá de los gileos que entre bromas los hombres suelen hacer y que claro una desestima porque son eso... una broma. Lo malo es que para ellos -y ya generalizo- eso era un cotejo, y para nosotras... un hueving.
Él nunca me propuso nada serio, al menos no en los términos que cualquier mujer espera: o sea... si saben que 2 + 2 son 4, por qué no pueden articular un: "¿quieres+estar+conmigo?"... es uno de los tantos misterios sin resolver en torno a la mente masculina.
Por eso, mientras él evocaba nuestros años maravillosos ad portas de amarrarse, de repente me entró cierto fastidio. O sea, tienes a la novia alocada corriendo de un lado para otro y tú y solo tú te das el tiempo para hacer un remember ciberespacial con tu amiga de la universidad. Esa conversación con tufillo a "mira lo que te perdiste" me llegó, así que me despedí con la cortesía que me caracteriza. Y así como el "no te cases" se me quedó en la puntita, también se me quedó en la lengua -tal vez en el esófago- el "no hay derecho. cásate, olvídate y pasa a mejor vida".

lunes, 27 de octubre de 2008

Andrés Calamaro

La noche de ayer fue superlativa. Nunca esperé tanto a un persona como a Andrés Calamaro. Rememoro el 98 y aún maldigo aquel verano traidor por no saber cómo diablos llegar al Silencio para empaparme de él y desde luego de nuestro generoso mar. Eran los primeros coqueteos con Calamaro y yo provinciana advenediza y 'en funciones' no tenía ni idea de dónde estaba la playa, cuánto me tomaría llegar hasta ahí y sobre todo si regresaría viva para contarlo.
Tenía un amigo fanático de él que me animaba a chapar una combi para enrumbar hacia el encuentro con el ex Abuelo de la Nada, pero pues ¡nada! no me animé, fácil el entusiasmo y los calores de la jornada me iban a hacer terminar en cualquier antro sin acordarme siquiera para qué fui. Aunque pensándolo bien ahora Calamaro hubiera valido tal 'sacrificio' y mucho más. Pero bueno, entonces yo era una wawa y no quería empezar a jugar con mi libido.
Desde entonces me he tragado literalmente todo sobre mi Andresito. He buscado detalles sobre su vida, grabaciones inéditas, entrevistas en radios de mil países y en ese periplo subyacía siempre su genialidad y la mía ... sí claro cómo no... digo que la mía para proveerme de materia no comercial sobre él.
Recuerdo que hacia 2004 cuando dejé de trabajar de manera permanente para el Decano, si hubo algo que me estaba haciendo agonizar antes de recoger mis pasos en el viejo local eso fue la posibilidad de perder toda mi colección de canciones inéditas bajadas por aquí y por allá. En la época previa a mi salidad me sentía Colón pues a diario encontraba algo nuevo de mi Calamar y lo hacía rechinar en mi PC tantas veces como fuera posible. De eso fueron testigos Pao y Mario, que siempre me pedían bajar el volumen, cambiar de canción, pero eso sí jamás de cantante... jamás se les hubiera ocurrido porque les cantaba FLACA con escenificación y todo.
Felizmente una buena diseñadora se apiadó de mí y me quemó todo en un CD que hoy guardo con celo en una urna y que solo he cedido a mi mejor amigo para contagiarlo del virus calamarus agudus. Y él, tácitamente, sabe que debe guardarlo igual, pues representa muchos años de sacrificios, descargas interminables, esperas que desesperan... todo para obtener uno a uno sus demos y canciones.
Volviendo a mi incursión frustrada al silencio pues me quedé con la miel en los labios, nunca lo vi. y en señal de protesta contra el destino infame nunca busqué un solo video de esa presentración. Me rebelé durante diez años a ver a los afortunados veraneantes que -queriéndolo o no- fueron testigos de la magistral tocada. ¡No podía no estar allí!...mi reacción: bloqueo mental, nunca existió, no vino jamás y por tanto no me perdí de nada!!.
Siempre pensé en la posibilidad de ir a la montaña. Mi buen mahoma rockero me esperaría en algún lugar de esta parte del mundo, pero nada. No daba conciertos y solo agarraba el micro en el estudio de su casa o de amigos, nada de abrir la boca en público. Andrelo se encerró algunos años grabando, fumando, componiendo y siendo feliz apenas con una grabadora casera. Luego, volvió a la palestra con un puñetazo... cinco dedos certeros que dieron vida a EL SALMÓN.... la disquera se volvió loca, esperaban 20 canciones y tuvieron más de 100. Caballeros! lo editaron y la Warner de Argentina, bien precavida ella, obtuvo la licencia para comercializar un compendio de 20.
Aquí también los busqué, pero en vista de mis agujereados bolsillos solo me quedó ir a Quilca Corazón y encargar a mis amigos piratas, pobres pero honrados, la quemada de los 5 dedos. Un día después, regresé feliz por mi puñete salmonesco y fui feliz. Reventón de tímpanos y noches sin dormir para Andrelo, para escucharlo de principio a fin.
Poco después un amigo fotógrafo que regresaba de Venezuela me presta su discman (síii, no existían ni MP3, MP4, menos IPod) y oh maravilla.. sin saberlo me doy con el CD resumen de aquel vómito melódico, triste y alegre, que es como suena mi Andrés (ya entré en confianza).
Claro está el discman fue devuelto sin CD y no me da roche decirlo pues era conmigo con quien Calamaro iba a estar bien valorado, jamás en la jurisdicción de mi desorejado amigo.
Luego y ya hablo de los cinco últimos años me volví un poco más pasiva, lo he venido observando desde lejos y claro he disfrutado de sus nuevas placas: El Regreso, El Cantante, El Palacio de las Flores y de la magistral Lengua Popular, entre muchas más. Algunas sonaron aquí y otras me las busqué por internet. Pero esa pasividad acabaría la noche del 25 de octubre, pues ya nada impediría mi encuentro con él... ya había quedado con Miluchito, ya sabía llegar al monumental, ya tenía casi todos sus discos (no importa el medio como los obtuve, solo el fin) y -a pesar de que no parece- tenía la vitalidad para saltar y corear sus canciones, todas las que me sé y para intuir alguna por si se me hubiera escapado.
Por eso días antes de "la fecha" desbloquée mi angustia de los últimos 10 años y me eché a buscar los videos del concierto en Silencio. Era como sacarle la lengua a la vida diciéndole que ya pronto estaría con él... muy pronto. Esta vez no habría mar cerca, ni olas y menos sol, pero sí habría -o mejor lo pongo en pasado ya-, hubo, las ganas, mi Capitán Calamaro. El mejor de los músicos de los últimos tiempos compartió el recinto conmigo; cantó, le canté; saltó, le salté; levantó el micro, levanté mis manos... así de alto que acaricié todas y cada una de tus canciones salidas de tu boca prodigiosa y sobre todo de tu alma, Andrelo, que se pagó sola todos estos años de espera. Así como tu amigo ése que debe tener el culo hecho trizas de tanto viaje por seguirte; ni te imaginas Andrés cómo me quedó el coxis después de ayer. Pero eso es lo de menos, lo importante es que ya no te irás más.

miércoles, 7 de mayo de 2008

El manual del (des)amor

Nunca los conoceremos del todo. No sabremos si son los que dicen ser, si harán lo que prometen, pero cómo nos encanta que estén allí, diciéndonos lo que queremos oír y escribiéndonos lo que queremos leer.


Podríamos hablar de los hombres comunes y mortales que deambulan indiferentes por la ciudad, y también desde luego los que podemos encontrar en el ciberespacio. En uno y otro ámbito, el manual es el mismo... jaja. Manual?? Pues sí, sospecho y elevo al nivel de teoría que existe en la cofradía del calzoncillo un librillo que sus insignes representantes guardan debajo de la almohada, se lo prestan y leen cada noche para saber qué capítulo aplicarán y con quién.



Lo más común que se desprende del mencionado texto son las siguientes frases, aplicables a millones de circunstancias:

- "estoy casado, pero todo va mal con mi mujer. mi vida es un martirio y de no ser por los niños, ya me hubiera ido de casa. créeme que dormimos en camas separadas y que desde mi último hijo no la he vuelto a tocar".

- "te quiero mucho, pero de ti depende tener o no sexo conmigo. será algo mágico ser tu primer hombre, pero esto no nos compromete a nada. más bien fíjate de no manchar las sábanas"

- "ella se me tiró encima, soy un ser humano.. tuve que agarrármela nomás. solo fue sexo, a la única que quiero es a ti, mi reina. no te me pongas brava... ¿dónde vendían esa cartera preciosa de la que me hablaste el otro día?

- "vamos solo por un café, no quiero forzarte a nada. tal vez, si quieres podemos pensar en unos tragos, aunque por si acaso cargo conmigo mis troyans...."

- ¿que me llamaste todo el fin de semana? qué raro!!... demandaré a la compañía de teléfonos por el mal servicio. Las líneas estuvieron averiadas, sin duda. Te juro que estuve pegado a mi teléfono y no entró ninguna llamada tuya (claro, si apenas aparecia el número en pantalla marcan el tono ocupado!!). (Dicho sea de paso esto se parece a la realidad, por lo de la ineficacia de las telecomunicaciones).


- Convención de trabajo? Sí, mi amor y tenemos como vecinas a las madres del Convento del Santo Rosario, que encima son de clausura. Por tanto, no habrá nadie del sexo opuesto y las que pasarán son unas bigotonas que no te paran ni un pelo. No te preocupes, será solo en un fin de semana, en un sitio horriblísimo, donde nadie quisiera ir. No entra ni un zancudo. Estaremos trabajando, eso sí, totalmente incomunicados para no perturbarnos.

Todo y mucho más debe estar escrito en el Manual, ese libro sobre el que el sexo opuesto bosteza mientras se regocija en sus páginas y ya casi como un ritual es consultado para ver con qué van a sorprender a sus cándidas víctimas. Lo que no saben es que nosotras ya vamos por la décimo tercera edición corregida y aumentada de nuestra propia enciclopedia... agárrense jugadores.

martes, 12 de febrero de 2008

Comunicado

Y para que vean que no exagero les copio esta cordial invitacion de un municipio amigo, que se pone las pilas por obra y gracia de San Valentin.
Municipalidad de Jesús María

Nota de Prensa

Operación sorpresa busca que locales reúnan adecuadas condiciones para masiva concurrencia en la fecha
INSPECCIONAN MEDIDAS DE SEGURIDAD EN HOSTALES DE JESÚS MARÍA POR SAN VALENTÍN


DÍA : MIÉRCOLES 13 DE FEBRERO

HORA : 10.30 horas

LUGAR : Palacio Municipal – Partida
(Av. Mariátegui Cdra. 8 – Jesús María)

--------------------------------------------------------------------

La Municipalidad de Jesús María realizará una sorpresiva inspección a diversos Hostales y Hoteles del distrito, con la finalidad de verificar las medidas de seguridad y las condiciones sanitarias en las que se encuentran estos establecimientos para recibir a las miles de parejas que acudirán por el Día de San Valentín.

lunes, 11 de febrero de 2008

14 de febrero

Acabo de tirar al tacho una novela-que mi hijo habia convertido en patin, dicho sea de paso- y en la que el amor es como Candy lo espera: galanteo, palabras bonitas, enamoramiento, noviazgo, compromiso, matrimonio y felicidad para siempre. Hace mucho que no me sirve y para no deshonrar al autor mejor la dejo en el anonimato.
Hoy en dia hay formas menos convencionales de vivir el amor y no me refiero exclusivamente al sentimiento sublime ese de entregarlo todo hasta el tuétano sin pedir nada a cambio. Hablo de las relaciones comunes y silvestres, que no necesariamente salpican amor, pero sí química y compañía.
Es justamente para este ultimo formato que ya imagino -como siempre en San Valentin (otro 14 más, mirando al techo)- los hoteles, hostales y todo tipo de hospedaje lanzar sus ofertas a los mejores postores. Digo yo, ¿acaso una pareja madura no tiene la oportunidad de un encuentro sexual el resto del año?, digo yo, señor juez, por ser buena mujer -enamorada, pareja o amante- me merezco un super, romantico, ya no ya... ¿polvo?
Otro sí: ¿es una muestra de amor sublime llevar al ser deseado a una encerrona entre cuatro paredes por San Vale?, o sea cuatro muros tienen un cine, una heladería, un restaurante o cualquier lugar que se jacte, pero claro los empresarios de la infraestructura hotelera -por no decir amorosa- se empeñan, con globos de corazon y cartelones de por medio- en restregarnos que si no te metes un 'polaco' no estas celebrando el ansiado 14 de febrero.
Por último, quienes arden en deseo, supongo ya deben tener un lugar bien ganado en este mundo, lejos del mundanal ruido de los hoteles (y sí que hay un ruido terrible jaja). Por tanto, ¿por qué seguir congestionando esta viña del señor saliendo de la rutina con una incursión telúrica, justo el día D?
Y es que San Valetin se convierte en nuestra ciudad -presumo que en las demás también- en una fecha caótica en la que el tráfico, el tumulto, los globos acorazonados, los floristas de a luca y la falta de espacios en lugares públicos, todo, absolutamente todo, se configura para que lo último que brote de nuestra cándida alma sea el amor.
Entonces vuelvo a mi ritual: no celebrar nunca -al menos no en los sitios con espejo en el techo- y dejar que mis amigas marquen la agenda más apropiada, esa que nos devuelva a la amistad, porque si buscamos los sitios para jugar al fugaz amor eterno probablemente terminemos con el hígado en la mano, y no con el corazon, que es lo que uno debiera entregar -simbolicamente, claro- en estas traviesas jornadas.

viernes, 14 de septiembre de 2007

Se escriben cartas

Desde que tengo uso de razón siempre he escuchado a las personas pedir hechos y no palabras, al momento de solicitar a sus seres queridos -y no tan queridos- que den muestra de algún cambio sustancial. Sin embargo, cuando los hechos se agotan o simplemente no bastan para dar fe de todo el amor o desesperación que uno guarda en su alma, siempre nos quedarará una herramienta mucho más eficaz: la palabra.
Y no cualquier palabra, no señor. A lo que me refiero es que una vez agotadas tooodas las instancias, soltado todas las lágrimas y moqueado en todos los hombros habidos y por haber, nos sentemos a pensar en frío para dilucidar de qué modo podemos hacer que ese ser humano se conmueva para volver, perdonar, dejar de joder o simplemente cagarlo por huevón.
A mí nunca me han fallado mis cartas electrónicas. Siempre con las ideas claras y un aguijón entre las manos he reventado mil teclas no solo para escribir epístolas firmadas por mí, sino también de personas que conozco que, a sabiendas de mis cualidades para expresar lo que no siempre uno se atreve, han podido obtener la respuesta del destinatario. Claro de ahí a que sea la respuesta deseada hay mucho trecho, pero al menos hemos logrado que el individuo rompa el hielo estático de su indiferencia.
Un editor de un conocido diario de circulación nacional se me acercó una vez y me dijo: Arrese, sabes qué es lo mejor que he leído de ti? Y yo- novel periodista- inflé mi pecho de emoción pensando en cuál de todas mis notas se habia fijado, pero no. La respuesta fue: "tus cartas"... halagador, pero estudié cinco años para periodista no para cartera (que no es la esposa del cartero). No avizoraba aquel entonces el poder de la palabra, en fin...
Recuerdo que en una oportunidad, una amiga fue acusada -sin haberse sentado en el banquillo- de pérfida, fácil y mundana. Ya saben el típico raje de un 'ex' imbécil que enfila sus baterías hacia el 'actual ', pero no menos idiota por dudar. En apariencia, ella -misma torera- coronó en una jornada amatoria de la que habían hasta pruebas (no pregunten más). Ya sin salida y con su verdad -que nadie creía- me contó el rollo. Inmediatamente le dije: una carta y zás se acaba el tema.
Entonces pasé como dos horas escuchando la historia de su vida con él y etc para ver qué elementos servirían al momento de enviarle el dardo verborreico al desconfiado enamorado. Desde el primer día que se conocieron, hasta las mordidas de oreja y demás demostraciones de 'te quiero, mi vida, de aquí a la eternidad' fueron válidas para llegar al órgano ese que late con furia cuando aún queda amor: el corazón. Resultado: el pata pidió una audiencia y entre llantos le prometió que no volvería a desconfiar. O sea, de Maria Magdalena -con los peñones encima- pasó a encumbrarse como la madre Teresa. y gracias a qué? al poder de la palabra, pues hermanita.
Como este tengo mil casos (quitémosle dos ceros, mejor) en los que un certero mailsazo ha logrado amistes, arrejuntes, mandadas a la mierda -con dolor y todo-, entre otras reacciones. Recuerden, no siempre obtendremos la respuesta que buscamos, pero al menos será un gran paso para romper la barrera levantada por aquella alma herida o caprichosa que nos flagela con su indiferencia.
Hasta he atendido consultas en línea:
- Mónica, este pata se hace el loco, me odia y no me escribe.
Clavale un mail
- Qué le pongo?
Lo que sientes, pero con 'sentimiento'
- Cómo pues?
Trae pa' acá, cómo es?. ok. 'tacatacataca (teclas)'. ya está... mándale esto
- Yehhhh. Respondio!!!

Entonces se me dibuja una sonrisa y pienso en que si cobrara por todas las cartas que he escrito en mi vida para mi, para propios y para extraños, probablemente ahora sería millonaria. Claro, que si me descontaran por las reacciones desfavorables, tal vez me tenga que quedar empeñada... jaja.
Sea como fuere, esto no ha sido más que un pretexto para poner a disposición de la comunidad en general mi nuevo oficio, es decir, escritora de cartas: de amor, de desamor, de despecho, de aclare, de desahogo, de todo lo que tu alma angustiada quiere expresar y no sabe cómo... todo absolutamente todo lo puedo escribir yo por ti. A ver... quien se anima?

No quiero perderte

Alguna vez alguien me escribió esto...

NO QUIERO PERDERTE


Desde que te conozco tengo en cuenta la muerte.
Pero lo que presiento no se parece en nada
a la común tristeza. Más bien es certidumbre
de la totalidad de mis días en este
mundo donde he podido encontrarme contigo.
De pronto tengo toda la impaciencia de todos
los que amaron y aman, la urgencia incompartible
de los enamorados. No quiero geografía
sino amor, es lo único que mi corazón sabe.
En mi vida no cabe este exceso de vida.
Mejor, si te dijera que medito las cosas
(fronteras y distancias) en los términos propios
de la resurrección, cuando nos alzaremos
sobre las coordenadas del tiempo y el espacio,
independientemente del mar que nos separa.
Sueño con el momento perfecto del abrazo
sin prisa, de los besos que quedaron sin darse.
Sueño con que tu cuerpo vive junto a mi cuerpo
y espero la mañana en la que no habrá límites.